Reto semanal entregable del módulo 1

 Ayer día 6 de febrero se celebraba Día Mundial de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, y aparecía esta noticia en varios medios, por ejemplo, en los siguientes enlaces se pueden consultar: (entre otros).

* https://elpais.com/planeta-futuro/2023-02-06/la-vida-tras-la-mutilacion-genital-femenina-nunca-tengo-ganas-de-mantener-relaciones-sexuales.html

*https://www.antena3.com/noticias/mundo/dia-mundial-tolerancia-cero-mutilacion-genital-femenina-cual-origen-ablacion_2023020663e08a7b7b624e000196770d.html

Si bien es verdad que el colectivo más afectado es la mujer por la aberración que se realiza y sobre todo a la edad que la misma tiene lugar, y que todos los años hacen referencia a este día y para corto entender, hay se quedaba, pero ayer en la noticias puede detectar una parte muy interesante de la poca sensibilidad que tanto los medios de comunicación como el sistema sanitario público (que no vinculo al personal sino al sistema de organización y planificación sobre la materia), y me pare a pensar sobre una pregunta que lanzo a resto de compañeros, porque estamos acostumbrados a ver la ablación se realiza sobre un sector mujer muy concreto en nuestra sociedad por razón de etnia, pero que pasaría si:

Hoy nos despertásemos viendo en nuestro periódicos y nuestra televisiones la noticia: Niña ha sido ingresada tras un grave sangrado por ablación, y es blanca.

Creo que la reflexión sobre la misma que yo ayer mismo me realice a ver como una entrevistada lo hacía en una entrevista me dejo un poco perplejo, y como asumimos las noticias como algo ya normal sin centramos en el fondo.

En fondo de esta desigualdad y discriminación de carácter directa por razón étnica y religiosa, sobre un grupo de población concreto, las mujeres y sobre todo menores de edad, y como nos ayuda los medios de comunicación a ver que existe pero poco más y como se quejaba la entrevistada que nuestro sistema de salud pública consideraba con un hecho aislado y puntual, y que sobre la tal se encuentra un grave atentado sobre la intimidad y desarrollo personal sobre la persona que lo sufre. 

No soy experto en la materia pero he estado indagando sobre las posibles repercusiones en la vida cotidiana de una persona y puede ser muy graves e incluso de trastornos permanentes. De ahí como la formación y la exposición pública continuada del problema podría ayudar, mediante campañas publicitarias públicas que explicasen la no necesitad de realizar la misma en aquellos entornos donde se realizan, explicando y formando a profesores, tutores, y personal que se encuentra vinculado diariamente a las posibles víctimas, para poder ir paliando su inclusión en la sociedad y sobre todo la normalización en nuestro país, que sería aun mayor la aberración. 

Nuestra y vuestra opinión importa. 

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